Hombre Inalcanzable
Al Hombre Inalcanzable
Como el pico más alto de la cordillera,
coronado de nieve perpetua y azul distante,
así te elevas, inalcanzable, frente a mis ojos,
un ideal que mi mano jamás podrá tocar.
Mi mirada, como el águila que surca los cielos,
te persigue en cada brisa, en cada rastro,
pero tu esencia, más libre que el viento andino,
se desvanece antes de que pueda retenerla.
Las leyendas hablan de héroes y dioses,
con una grandeza que solo tú posees.
Y yo, como el viajero que divisa un espejismo,
me acerco y te disipas, dejando solo sed.
Mis manos, acostumbradas a labrar la tierra,
a sostener la siembra que brota con esfuerzo,
se extienden al vacío donde reside tu sombra,
incapaces de asir la sustancia de tu ser.
Y mi voz, que ha cantado bajo la luna llena,
historias de amores forjados en el tiempo,
se ahoga en el silencio de lo que no puede ser,
una melodía sin eco, un verso sin respuesta.
Así, como el río que anhela el mar sin alcanzarlo,
o la estrella que brilla por sí misma en la noche,
mi amor te contempla, eterno y silencioso,
una ofrenda suspendida en el aire, inalcanzable.


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