El Olvido
El olvido
En la orilla donde el tiempo
se descose como un vestido viejo,
dejé tu nombre
—temblor suave—
para que el viento lo aprendiera de memoria
y luego lo soltara
como quien abre la mano para que un pájaro escape.
Pero el olvido,
ese artesano de sombras,
se puso a trabajar en silencio,
pulió mis recuerdos
hasta volverlos espejos
donde ya no sé si eras tú
o la nostalgia disfrazada de futuro.
Aún
así,
cuando cierro los ojos
te oigo,
como un eco que insiste en florecer
en la grieta más pequeña.
Será que el amor no muere:
solo cambia de nido
y aprende a cantar en otra rama.
Y aunque el olvido crea que manda,
yo sé la verdad secreta:
cada vez que respiro hondo
tu luz se enciende
como una constelación rebelde
que se niega a ser borrada
del cielo que llevo adentro.
autora Rosibel Artavia



Comentarios
Publicar un comentario