Cuando duermes
Cuando duermes
Cuando duermes,
el mundo aprende a callar.
La noche, torpe aprendiz,
se quita los zapatos
para no despertarte.
Tu respiración ordena el tiempo:
cada latido corrige al pasado,
cada pausa promete un mañana
donde no duele amar.
Yo te miro sin tocarte,
como quien contempla el fuego
y entiende que arde mejor
cuando no se le exige.
Amar es también eso:
saber quedarse al borde.
Duermes
y mi nombre no te visita,
pero el amor no reclama pasaporte.
Permanece.
Se sienta a vigilar tus sueños
como un faro discreto
que no pide barcos.
Si despiertas lejos,
yo seguiré aquí,
aprendiendo a ser futuro
en silencio.
Porque cuando duermes,
mi amor no duerme:
vela,
y espera sin reproche.



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