Dejar Atrás
Dejar atrás
Dejar atrás no es huir,
es aprender a soltar con ternura
lo que ya cumplió su misión en el alma.
Te dejo atrás
como se deja una oración al amanecer:
no porque no haya sido sagrada,
sino porque ya fue escuchada.
Hubo un tiempo en que tu nombre
era mi forma de creer,
mi manera secreta de hablar con Dios
cuando el mundo pesaba demasiado.
Hoy te dejo ir
sin reproches ni cenizas,
con gratitud serena,
como quien cierra un libro amado
sabiendo que lo leído
ya vive para siempre en la sangre.
Porque amar también es esto:
bendecir el recuerdo
y seguir caminando
con el corazón más amplio,
más humano,
más luz.
autora Rosibel Artavia



Comentarios
Publicar un comentario