Fragilidad
Fragilidad
Te amo
como se ama a un vaso de agua
en medio del desierto:
con manos temblorosas
y una fe que no hace ruido.
Nuestro amor
no sabe de armaduras,
camina descalzo
sobre el filo de los días
y aun así avanza.
Hay palabras
que podrían romperlo,
miradas que lo agrietan,
silencios
que lo ponen a prueba
como al vidrio el frío.
Pero míralo:
en su debilidad
habita su fuerza.
Porque solo lo frágil
aprende a sostenerse
en el cuidado del otro.
Si alguna vez se quiebra,
no será por débil,
sino por haber amado
demasiado hondo,
demasiado humano.
Y yo,
que también soy frágil,
elijo quedarme
donde todo puede romperse
y aun así
vale la pena.
autora Rosibel Artavia



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