Haberte amado tanto
Haberte amado tanto
Haberte amado tanto
fue aprender la geografía del asombro:
el mapa minúsculo de tus gestos,
la latitud exacta donde mi voz
temblaba como una brújula cansada.
Te amé con la precisión de una lupa,
con ese cuidado que tienen las cosas frágiles
cuando no saben que lo son.
Conté las horas como se cuentan conchas:
una por una, sin creer en el mar.
Haberte amado tanto
fue aceptar que el amor no pide permiso,
entra —mojado, obstinado—
y deja huellas en la arena
aunque nadie mire.
Hoy recojo lo que queda:
un hilo de luz en el bolsillo,
una risa que todavía sabe mi nombre,
la certeza —inquietantemente feliz—
de que amar también es perder sin caer.
Porque haberte amado tanto
no fue exceso ni error:
fue la forma más honesta
que tuvo mi corazón
de decir la verdad.
autora Rosibel Artavia



Comentarios
Publicar un comentario