La luna

Éste amor

Éste amor no sucede: nos sucede.
Como cuando una palabra se equivoca de boca
y cae en la tuya con zapatos mojados.
Yo iba a decir lunes
y dije tu nombre,
y el calendario se dio vuelta como un gato.

Éste amor no pide permiso,
entra por la rendija de lo cotidiano,
se sienta en la silla donde nadie se sienta
y empieza a leerme por dentro
con esa letra tuya que no existe
pero insiste.

A veces somos dos personas normales
comprando pan, pagando cuentas,
discutiendo si la lluvia es lluvia
o solo una excusa del cielo.
Entonces, sin aviso,
éste amor se levanta de la mesa
y nos cambia el final de la frase.

No es eterno ni breve,
es distraído.
Se le olvida el tiempo en los bolsillos,
confunde el ayer con el ahora
y por eso nos besa
como si fuera la primera vez
y la última
al mismo tiempo.

Éste amor no promete nada:
se queda.
Y quedarse —ya sabes—
es la forma más peligrosa
de la felicidad.

autora Rosibel Artavia



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