Mágico Amor

Mágico amor

Como un rayo suave que aprende a cantar
llegaste, sin aviso, a mi noche más larga.
El mundo, sorprendido, giró más despacio
y hasta el tiempo se sentó a escucharnos.

En tus manos el miedo pierde su nombre,
la duda se vuelve polen,
y el corazón —ese aprendiz terco—
por fin entiende su lección más antigua.

No eres promesa: eres presencia.
No eres destino: eres camino encendido.
Amarte es beber luz sin quemarse,
es creer —con una sonrisa sabia—
que lo imposible solo estaba distraído.

Si un hechizo existe, no vive en las palabras:
vive en este latido que pronuncia el tuyo,
en esta calma ardiente
que llamo, simplemente, amor.

autora Rosibel Artavia

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