Raíces
No es amor flor de vistoso engaño,
ni llama que en un soplo se desvanece;
es raíz negra que el granito entallece,
cárcel de luz que afianza su rebaño.
Es aquella verdad sin ningún paño,
que ni el rigor del hielo la estremece,
y aunque el mundo en pedazos perece,
ella sostiene con perpetuo año.
Más allá de la muerte y su guadaña,
del tiempo que nos torna mustio heno,
mi firme afecto su labor engaña;
Y serás en mi polvo, dueño ameno,
la forma que a mi nada la acompaña,
raíz de eternidad en suelo ajeno.



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