Si yo pudiera
Si yo pudiera tomar tu rostro entre mis manos,
y llenarlo de besos,
y decirte que te quiero,
quizá el mundo —ese viejo velero herido—
se detendría un instante
para escuchar cómo tiembla mi voz
cuando pronuncio tu nombre.
Entre nosotros pasa el viento,
como un mensajero que no duerme,
pero aun así te alcanzo
en esta hondura donde callan las sombras
y nace la memoria.
Amarte es un invierno que florece,
una lámpara encendida en mitad del naufragio,
una palabra que insiste en volver
aunque todo lo demás se derrumbe.
Si yo pudiera…
pero mira cómo, sin tocarte,
ya te sostengo:
en el pulso de mi esperanza,
en la música secreta
que me dicta el corazón
cuando piensa en ti.



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