Te quiero

Te quiero

Te quiero con la calma
con que el lago acepta al cielo,
sin promesas ruidosas,
sin juramentos de fuego.

Te quiero en lo que callas
y en la sombra que te sigue,
en esa forma tuya
de existir sin pedir permiso.

No es grito,
es raíz.
No es urgencia,
es permanencia.

Te quiero como se ama
lo que no se posee:
con respeto,
con asombro,
con una fe que no exige milagros.

Si el mundo tiembla,
yo me quedo.
Si la noche duda,
yo espero.

Porque quererte
no es decir tu nombre,
es sostener el silencio
cuando el nombre no basta.

autora Rosibel Artavia

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