Uno nunca sabe
Uno nunca sabe
He amado tu sombra antes que tu nombre,
como se ama un signo en un sueño antiguo,
sin certeza,
con la fe torpe de quien recuerda
una vida que no fue la suya.
Tal vez fuiste constelación caída
o promesa escrita en una lengua muerta.
Tal vez solo un instante
que decidió quedarse
cuando el tiempo dudó.
Camino contigo por jardines que no existen,
donde las flores piensan
y el silencio tiene rostro.
Allí me hablas sin voz
y comprendo lo que ignoro.
El amor —lo sé ahora—
no pregunta,
invoca.
Y al hacerlo abre puertas
que no llevan a ninguna parte
salvo al misterio.
Uno nunca sabe
si ama a un ser humano
o a la memoria de algo sagrado
que eligió, por un momento,
tener tu forma.
autora Rosibel Artavia



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